viernes, 30 de junio de 2023

Es tiempo de "Evangelizar" a los de adentro.

Evangelizar es la gran mision que nos apremia...!!!

Es hora de retomar este mandato, no hacía afuera, si no empezar desde adentro. 

Urge reevangelizar a los católicos. La tibieza, la indiferencia y el conformismo nos está debilitando más que si fuéramos paganos o enemigos declarados de Iglesia y de la fe.

El pecado de muchos bautizados es: Predicar y no practicar, creer pero no vivir de acuerdo con lo que se cree.

El momento actual nos urge, no solo evangelizar a los de afuera, sino también a los de adentro. Hay que evangelizarse para evangelizar, esa es la responsabilidad de todos los bautizados.

"En los tiempos pasados, la apologética consistía en defender la fe católica de los ataques de sus enemigos. Se dirigía esencialmente a los de afuera, para que tomaran conciencia de la falsedad de sus ataques. Hoy, la apologética se dirige, antes que nada, a los de adentro para que no se dejen confundir por los que se salieron de la misma Iglesia y tratan de llevárselos a sus grupos. Antes, los que no conocían la fe eran los de afuera; hoy, los que no conocen la fe son los de afuera y los de adentro" (La Apologética no está de moda. P. Flaviano Amatulli Valente).

Así que es hora de evangelizar a los bautizados, como lo dijo en su momento un gran amigo, Pepe Prado.  Comencemos que el tiempo apremia.

lunes, 1 de julio de 2019

Compartir con todos en la Iglesia el Bautismo en el Espíritu Santo

En el 50 aniversario del nacimiento de la Renovación Carismática, el Papa Francisco: "Gracias, Renovación Carismática Católica, por lo que habéis dado a la Iglesia ‎en estos 50 años. La Iglesia cuenta con vosotros, con vuestra fidelidad a la Palabra, con ‎vuestra disposición para el servicio y con el testimonio de vidas transformadas por el ‎Espíritu Santo.

Compartir con todos en la Iglesia el Bautismo en el Espíritu Santo, alabar al Señor sin ‎cesar, caminar juntos con los cristianos de diferentes Iglesias y comunidades ‎cristianas en la oración y la acción por los que más lo necesitan. Servir a los más ‎pobres y enfermos, eso espera la Iglesia y el Papa de vosotros, Renovación Carismática Católica, también de todos vosotros: todos, todos los que habéis entrado en esta corriente de gracia. Gracias."

lunes, 5 de junio de 2017

Palabras del Papa Francisco a la Renovación - Vigilia de Pentecostés 2017

A continuación transcribimos las palabras del Papa Francisco a la Renovación Carismática por sus 50 años. (Jubileo de Oro)

Hermanos y hermanas:


Gracias por el testimonio que ustedes dan hoy aquí. Nos hace bien a todos, me hace bien a mí también.
Hoy estamos aquí como en un cenáculo pero a cielo abierto. Porque no tenemos miedo al cielo abierto. Y también con el corazón abierto a la promesa del Padre. Nos hemos reunido, todos nosotros creyentes, todos los que profesamos que Jesús es el Señor. Muchos han venido de diversas partes del mundo y el Espíritu Santo nos ha reunido para establecer los lazos de amistad fraterna que nos dan fuerzas en el camino hacia la unidad. Unidad para la misión no para quedarnos quietos. ¡No!, ¡unidos para la misión de proclamar que Jesús es el Señor!
Para anunciar juntos el amor del Padre por todos sus hijos. Para anunciar la Buena Nueva a todos los pueblos, para demostrar que la Paz es posible.
No es fácil demostrar que la Paz en este mundo es posible, pero con el poder de Jesús podemos demostrarlo. Pero eso, es posible si entre nosotros también estamos en Paz. Si nosotros encendemos las diferencias y estamos en guerra entre nosotros no podemos anunciar la Paz. La Paz es posible a partir de nuestra confesión de que Jesús es el Señor. Es el Espíritu Santo el que crea unidad entre nosotros.
La venida del Espíritu Santo transforma hombres cerrados a causa del miedo en testimonios valientes de Jesús. Pedro, que renegó a Jesús tres veces, lleno de la fuerza del Espíritu Santo proclama para que sepa con certeza toda la casa de Israel que Dios ha constituido en Señor a aquel Jesús que crucificaron. Y esta es la profesión de fe de cada cristiano: Dios ha constituido la Señoría de Jesús.
Hoy, hemos elegido reunirnos aquí en este lugar, porque aquí durante las persecuciones fueron martirizados muchos cristianos para el divertimento de aquellos que lo veían. Hoy hay más mártires que antes. Quienes matan a los cristianos lo hacen sin ninguna distinción. Es el Ecumenismo de la Sangre, de tantos mártires.
Hoy es más urgente que nunca la unidad entre los cristianos. Caminar juntos, trabajar juntos. Amarse. Y juntos buscar explicar nuestras diferencias, ponernos de acuerdo, pero en camino. Si permanecemos quietos sin caminar, nunca nos pondremos de acuerdo. Porque el Espíritu nos quiere en camino.
50 años de la Renovación del Movimiento Carismático Católico. Una corriente de gracia del Espíritu. ¿Y por qué de gracia? Porque no tiene fundador, ni estatutos, ni gobierno. Claramente, en esta corriente han nacido muchas expresiones que ciertamente son obras humanas inspiradas por el Espíritu, con varios carismas y todos al servicio de la Iglesia. Pero a la corriente no se le puede poner un "dique", ni encerrar al Espíritu Santo en una jaula.
Alegría y coraje. Eso da el Espíritu Santo. El cristiano... o experimenta la alegría del Espíritu de Dios en su corazón o hay algo que no funciona bien.
Queridos hermanos y hermanas, les deseo un tiempo de reflexión, de memoria de los orígenes. Un tiempo para sacar de las espaldas todas aquellas cosas que hemos ido añadiendo con nuestro "yo", y transformarlo en escucha y en alegre acogida del Espíritu Santo que actúa dónde y cómo quiere. 
Agradezco a todos por la organización de este Jubileo de Oro, por esta vigilia y agradezco a cada uno de los voluntarios que lo han hecho posible, mucho de los cuales se encuentran aquí. También saludo a los jóvenes de tantas partes del mundo.
Gracias Renovación Carismática católica por todo lo que han dado a la Iglesia en estos 50 años. La Iglesia cuenta con ustedes, con su fidelidad a la Palabra, su disponibilidad al servicio, y los testimonios de vidas transformadas por el Espíritu Santo. Gracias.
(Fuente Rome Reports)


viernes, 8 de enero de 2016

RECONSTRUYE TU FAMILIA ... Retiro Católico de Sanacion


Prédica de la Madre Evangelina ENSES AGUASCALIETES 2014

Padre Salvador Gonzalez - La Blasfemia contra el Espíritu Santo 1º Parte


Renovación
   Carismática
      Católica 
         en el
           Espíritu 
              Santo
 


Lema: Reconstruye tu Familia... con la misericordia de Dios.

Predican : Pbro. Salvador González  Magaña  SNSJ
                 Hna. Evangelina Trujillo García  SNSJ

Dia: 6 y 7 de Febrero de 2016

Lugar: Palenque e la Feria de Chilpancingo, Guerrero.

Horario: Sabado: 9:00 a 18:00 hrs y
               Domingo: 9:00 a 15:00 hrs.

jueves, 10 de diciembre de 2015

CUSTODIEN EL (SU) CORAZON... #PapaFrancisco


Papa Francisco
Meditación en Santa Marta, 10 de octubre de 2014

¿Custodiamos bien nuestro corazón? Es necesario custodiar nuestro corazón donde habita el Espíritu Santo “para que no entren los demás espíritus”. “Cuántas veces entran los malos pensamientos, las malas intenciones, los celos, las envidias. Tantas cosas, que entran. ¿Pero quién ha abierto aquella puerta? ¿Por dónde han entrado? Si yo no me doy cuenta” de cuanto “entra en mi corazón, mi corazón se convierte en una plaza, donde todos van y vienen. Un corazón sin intimidad, un corazón donde el Señor no puede hablar y ni siquiera ser escuchado”.

En este sentido, es recomendable la práctica, muy antigua «pero buena», del examen de conciencia. «Quién de nosotros a la noche, antes de terminar el día, cuando se queda solo» y en silencio, «no se pregunta: ¿qué sucedió hoy en mi corazón? ¿Qué sucedió? ¿Qué cosas pasaron por mi corazón?». Es un ejercicio importante, una verdadera «gracia» que puede ayudarnos a ser buenos custodios. Porque, como recordó el Papa, «los diablos vuelven siempre, incluso hasta el final de la vida». Y para vigilar que los demonios no entren en nuestro corazón es necesario saber «estar en silencio ante nosotros mismos y ante Dios», para verificar si en nuestra casa «entró alguien» que no conocemos y si «la llave está en su lugar».

El Papa concluyó diciendo que esto «nos ayudará a defendernos de muchas maldades, incluso de las que nosotros mismos podamos realizar».

CONFESIÓN Y PERDÓN DE LOS PECADOS
Por qué confesarse
 ¡Porque somos pecadores! Es decir, pensamos y actuamos de modo contrario al Evangelio. Quien dice estar sin pecado es un mentiroso o un ciego. En el sacramento Dios Padre perdona a quienes, habiendo negado su condición de hijos, se confiesan de sus pecados y reconocen la misericordia de Dios. Puesto que el pecado de uno solo daña al cuerpo de Cristo que es la Iglesia, el sacramento tiene también como efecto la reconciliación con los hermanos.

Cómo confesarse
 No es siempre fácil confesarse: no se sabe que decir, se cree que no es necesario dirigirse al sacerdote…Tampoco es fácil confesarse bien: hoy como ayer, la dificultad más grande es la exigencia de orientar de nuevo nuestros pensamientos, palabras y acciones que, por nuestra culpa, nos distancian del evangelio. Es necesario «un camino de auténtica conversión, que lleva consigo un aspecto “negativo” de liberación del pecado, y otro aspecto “positivo” de elección del bien enseñado por el Evangelio de Jesús. Este es el contexto para la digna celebración del sacramento de la Penitencia. El camino a recorrer, comienza por la escucha de la voz de Dios y prosigue con el examen de conciencia, el arrepentimiento y el propósito de la enmienda, la invocación de la misericordia divina que se nos concede gratuitamente mediante la absolución, la confesión de los pecados al sacerdote, la satisfacción o cumplimiento de la penitencia impuesta, y finalmente, con la alabanza a Dios por medio de una vida renovada.

 Qué confesar 
«El que quiere obtener la reconciliación con Dios y con la Iglesia debe confesar al sacerdote todos los pecados graves que no ha confesado aún y de los que se acuerde, tras examinar cuidadosamente su conciencia. La confesión de las faltas veniales, está recomendada vivamente por la Iglesia». (Catecismo de la Iglesia Católica, 1493)

 Examen de conciencia
 Consiste en interrogarse sobre el mal cometido y el bien emitido: hacia Dios, el prójimo y nosotros mismos.

 En relación a Dios
 ¿Solo me dirijo a Dios en caso de necesidad? ¿Participo regularmente en la Misa los domingos y días de fiesta? ¿Comienzo y termino mi jornada con la oración? ¿Blasfemo en vano el nombre de Dios, de la Virgen, de los santos? ¿Me he avergonzado de manifestarme como católico? ¿Qué hago para crecer espiritualmente, cómo lo hago, cuándo lo hago? ¿Me revelo contra los designios de Dios? ¿Pretendo que Él haga mi voluntad?

 En relación al prójimo
 ¿Sé perdonar, tengo comprensión, ayudo a mi prójimo? ¿Juzgo sin piedad tanto de pensamiento como con palabras? ¿He calumniado, robado, despreciado a los humildes y a los indefensos? ¿Soy envidioso, colérico, o parcial? ¿Me avergüenzo de la carne de mis hermanos, me preocupo de los pobres y de los enfermos? ¿Soy honesto y justo con todos o alimento la cultura del descarte? ¿Incito a otros a hacer el mal? ¿Observo la moral conyugal y familiar enseñada por el Evangelio? ¿Cómo cumplo mi responsabilidad de la educación de mis hijos? ¿Honoro a mis padres? ¿He rechazado la vida recién concebida? ¿He colaborado a hacerlo? ¿Respeto el medio ambiente?

 En relación a mí mismo
 ¿Soy un poco mundano y un poco creyente? ¿Cómo, bebo, fumo o me divierto en exceso? ¿Me preocupo demasiado de mi salud física, de mis bienes? ¿Cómo utilizo mi tiempo? ¿Soy perezoso? ¿Me gusta ser servido? ¿Amo y cultivo la pureza de corazón, de pensamientos, de acciones? ¿Nutro venganzas, alimento rencores? ¿Soy misericordioso, humilde, y constructor de paz?

 Acto de contrición
 Jesús, mi Señor y Redentor, yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me pesa de todo corazón porque con ellos he ofendido a un Dios tan bueno. Propongo firmemente no volver a pecar y confío en que por tu infinita misericordia me has de conceder el perdón de mis pecados, y me has de llevar a la vida eterna.

miércoles, 28 de octubre de 2015

¿Es Halloween un juego inocente o peligroso? Exorcista responde




ROMA, 28 Oct. 15 / 09:20 pm (ACI).- “Es la gran fiesta del mundo de lo oculto, el año nuevo de los satanistas, es la fiesta de este dios de las tinieblas”, declaró al canal de televisión italiano TV 2000 el P. Aldo Buonaiuto, sacerdote exorcista y autor del libro “Halloween. El truco del diablo”.
El presbítero dijo ante cámaras que es importante comprender la institución que se dio de la fiesta de todos los santos para el 1 de noviembre, ya que fue el Papa Gregorio IV alrededor del año 834 quien la trasladó del 13 de mayo a esta fecha, justamente para detener la tradición que llegaba de Irlanda y que adora el mundo de las tinieblas y de los muertos.
Asimismo destacó que hoy todo viene relativizado, unido a lo macabro, la violencia, el horror, la sangre y a modo de juego. 
“En las escuelas yo escucho a distintos padres que nos hablan de niños que están horrorizados y tienen pesadillas de noche y otros niños que no entienden más la diferencia entre la vida y la muerte”, lamentó el P. Buonaiuto.
El sacerdote exorcista presentará su libro “Halloween. El truco del diablo” el 29 de octubre a las 4 p.m. (hora local) en la Universidad Europea de Roma. Junto a él estarán Mons. Matteo Maria Zuppi, Obispo auxiliar de Roma; el P. Francesco Bamonte, Presidente de la Asociación Internacional de Exorcistas, y otros especialistas.
En declaraciones a Interris.it, el P. Buonaiuto  dijo el libro busca “para informar, educar y prevenir los peligros, un subsidio para los padres y los educadores, para los catequistas y para los sacerdotes, así como para los chicos, de manera que exista conciencia sobre los significados de los símbolos del oculto y satánicos de este carnaval del horror, que no debe ser trivializado”.
Sobre la tradición del “dulce o truco” que mencionan los niños al pedir caramelos de casa en casa en Halloween, advirtió que “esconde algo mucho más serio y preocupante de lo que hace ver a las apariencias. En el antiguo culto pagano de los druidas, ‘trick or treat’, significaba la ‘maldición o sacrificio’: la obligación de ofrecer regalos a los sacerdotes del dios de la muerte, para evitar venganzas del más allá”.
“A través de está conocida moda festiva, se difunde el placer por el horror como normal, la seducción de lo macabro, la atracción por la muerte más que por la vida. Está profanando el significado de la muerte. Como escribí en el libro, el truco del diablo, es un dulce mortal para el alma”.
Por otro lado, también criticó el aspecto comercial de este evento, muy seguido por los jóvenes. “En Europa, los ingresos de la ‘Noche de brujas’ superan los 400 millones de euros”, señaló.
“Se trata de un fenómeno dañino, en el plano social, antropológico y cultural: una propuesta de valores negativos, vinculados a una visión materialista y utilitarista de la vida y el placer. Y es una profanación de la verdadera fiesta, cristiana, del culto a los Santos, de la devoción por hombres y mujeres que han tratado de imitar el ejemplo perfecto de Jesús en el amor al prójimo y en el respeto a los mandamientos divinos”.
El sacerdote exorcista Aldo Buonaiuto es antropólogo, demonólogo y coordinador del Servicio Anti-Sectas de la Comunidad Papa Juan XXIII. Estudió filosofía y teología en el Pontificio Ateneo “San Anselmo” (Roma) y antropología teológica en el Pontificio Ateneo Teresianum (Roma).

martes, 27 de octubre de 2015

La Efusión en el Espíritu Santo... un nuevo bautismo

La Renovación como un movimiento nacido en la Iglesia, es de la Iglesia y para la Iglesia, tiene un sello particular, marcado en la experiencia de Pentecostes, una experiencia, que cuando nos abrimos, consciente y voluntariamente a su acción regeneradora, puede hacer grandes cosas en nosotros. 
cuando permitimos que sea Dios, sea el Espíritu Santo el que tome la rienda de nuestra vida puede cambiar en nosotros el corazón de piedra y darnos un corazón de carne, un corazón que siente, vive y late por Dios y por los demás.
Podemos descubrir muchas cosas en la Renovación, la oración, los cantos, la danza, los aplausos, levantar las manos, etc, pero todos eso, solo serán manifestaciones externas que no producirán ningún fruto en el corazón del hombre, si no son guiadas, conducidas y sobre todos permeadas por la acción regeneradora por el Espíritu Santo.
El bautismo en el Espíritu

Los discípulos, antes de la muerte de Cristo, ya eran cristianos, ya habían sido bautizados en agua (el bautismo de Juan), ya eran discípulos de Jesús. Sin embargo, el escándalo de la pasión de Jesús les encontró sin fuerzas, sin capacidad de resistencia y huyeron todos como unos cobardes. Jesús, después de resucitado, les dice: «No os ausentéis de Jerusalén. Esperad aquí la promesa del Padre. Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que vendrá sobre vosotros y seréis mis testigos hasta los confines de la tierra» (Hch 1,4-8). A pesar, pues, de estar con Jesús y haber vivido tres años juntos, los discípulos necesitaron un pentecostés que los hizo nuevos.

Asi surge la Renovación, recoge estos datos y los hace actuales. También en el mundo de hoy hay multitud de personas que siguen a Cristo, que han sido bautizadas y confirmadas, que se glorían incluso de esa fe, pero que no se manifiestan en ellas los frutos de ningún pentecostés. Su vida cristiana es cansaa, sin signos, guiada por la razón, incapaz de testimoniar, sin auténticos dones del Espíritu. Sin darse cuenta caen en la práctica de una religiosidad natural que aquieta sus conciencias hasta donde puede, pero no les produce una relación personal con Cristo ni les da la «parresía» para confesarle en todo momento y dejar que Él guíe sus vidas.

La Renovación, por tanto, es un precioso lugar donde Jesús vuelve a insinuar actualmente a todos los que le quieran escuchar: descubrid ahí la Promesa del Padre. Dejad que os inunde el don de Dios. Recibid mi Espíritu que les iluminará. 


Por eso, el Señor realiza en ella esa efusión poderosa, tan sorprendente para todos los que la han experimentado y que constituye el punto de partida de toda la espiritualidad de la Renovación.

Es importante estar dentro de la Palabra de Dios y de la tradición de la Iglesia, pero fuera de esto no hay que caer en la tentación moderna de teorizar siempre esta experiencia y/o juzgarla antes de haberla experimentado, ya sea por lo que me hayan dicho o por algo que haya visto sin aun conocerlo a profundidad. 
Al contrario, hay que tomarla, vivirla y experimentarla completamente y dejar que estas  nuevas vivencias nos inunden. De esta forma se darán auténticas conversiones, cambios de vida, florecimiento de carismas. Hoy día se necesita renovar más la experiencia el amor salvifico de Dios y la acción del Espíritu Santo, que el conocimiento. 

En realidad son las experiencias nuevas, especialmente la que surgen de la docilidad a la acción amorosa Dios, las que conmueven, nos mueven y pueden arrastrar al mundo a una conversión plena en el Poder del Espíritu Santo.  (Continuara...)