miércoles, 28 de octubre de 2015

¿Es Halloween un juego inocente o peligroso? Exorcista responde




ROMA, 28 Oct. 15 / 09:20 pm (ACI).- “Es la gran fiesta del mundo de lo oculto, el año nuevo de los satanistas, es la fiesta de este dios de las tinieblas”, declaró al canal de televisión italiano TV 2000 el P. Aldo Buonaiuto, sacerdote exorcista y autor del libro “Halloween. El truco del diablo”.
El presbítero dijo ante cámaras que es importante comprender la institución que se dio de la fiesta de todos los santos para el 1 de noviembre, ya que fue el Papa Gregorio IV alrededor del año 834 quien la trasladó del 13 de mayo a esta fecha, justamente para detener la tradición que llegaba de Irlanda y que adora el mundo de las tinieblas y de los muertos.
Asimismo destacó que hoy todo viene relativizado, unido a lo macabro, la violencia, el horror, la sangre y a modo de juego. 
“En las escuelas yo escucho a distintos padres que nos hablan de niños que están horrorizados y tienen pesadillas de noche y otros niños que no entienden más la diferencia entre la vida y la muerte”, lamentó el P. Buonaiuto.
El sacerdote exorcista presentará su libro “Halloween. El truco del diablo” el 29 de octubre a las 4 p.m. (hora local) en la Universidad Europea de Roma. Junto a él estarán Mons. Matteo Maria Zuppi, Obispo auxiliar de Roma; el P. Francesco Bamonte, Presidente de la Asociación Internacional de Exorcistas, y otros especialistas.
En declaraciones a Interris.it, el P. Buonaiuto  dijo el libro busca “para informar, educar y prevenir los peligros, un subsidio para los padres y los educadores, para los catequistas y para los sacerdotes, así como para los chicos, de manera que exista conciencia sobre los significados de los símbolos del oculto y satánicos de este carnaval del horror, que no debe ser trivializado”.
Sobre la tradición del “dulce o truco” que mencionan los niños al pedir caramelos de casa en casa en Halloween, advirtió que “esconde algo mucho más serio y preocupante de lo que hace ver a las apariencias. En el antiguo culto pagano de los druidas, ‘trick or treat’, significaba la ‘maldición o sacrificio’: la obligación de ofrecer regalos a los sacerdotes del dios de la muerte, para evitar venganzas del más allá”.
“A través de está conocida moda festiva, se difunde el placer por el horror como normal, la seducción de lo macabro, la atracción por la muerte más que por la vida. Está profanando el significado de la muerte. Como escribí en el libro, el truco del diablo, es un dulce mortal para el alma”.
Por otro lado, también criticó el aspecto comercial de este evento, muy seguido por los jóvenes. “En Europa, los ingresos de la ‘Noche de brujas’ superan los 400 millones de euros”, señaló.
“Se trata de un fenómeno dañino, en el plano social, antropológico y cultural: una propuesta de valores negativos, vinculados a una visión materialista y utilitarista de la vida y el placer. Y es una profanación de la verdadera fiesta, cristiana, del culto a los Santos, de la devoción por hombres y mujeres que han tratado de imitar el ejemplo perfecto de Jesús en el amor al prójimo y en el respeto a los mandamientos divinos”.
El sacerdote exorcista Aldo Buonaiuto es antropólogo, demonólogo y coordinador del Servicio Anti-Sectas de la Comunidad Papa Juan XXIII. Estudió filosofía y teología en el Pontificio Ateneo “San Anselmo” (Roma) y antropología teológica en el Pontificio Ateneo Teresianum (Roma).

martes, 27 de octubre de 2015

La Efusión en el Espíritu Santo... un nuevo bautismo

La Renovación como un movimiento nacido en la Iglesia, es de la Iglesia y para la Iglesia, tiene un sello particular, marcado en la experiencia de Pentecostes, una experiencia, que cuando nos abrimos, consciente y voluntariamente a su acción regeneradora, puede hacer grandes cosas en nosotros. 
cuando permitimos que sea Dios, sea el Espíritu Santo el que tome la rienda de nuestra vida puede cambiar en nosotros el corazón de piedra y darnos un corazón de carne, un corazón que siente, vive y late por Dios y por los demás.
Podemos descubrir muchas cosas en la Renovación, la oración, los cantos, la danza, los aplausos, levantar las manos, etc, pero todos eso, solo serán manifestaciones externas que no producirán ningún fruto en el corazón del hombre, si no son guiadas, conducidas y sobre todos permeadas por la acción regeneradora por el Espíritu Santo.
El bautismo en el Espíritu

Los discípulos, antes de la muerte de Cristo, ya eran cristianos, ya habían sido bautizados en agua (el bautismo de Juan), ya eran discípulos de Jesús. Sin embargo, el escándalo de la pasión de Jesús les encontró sin fuerzas, sin capacidad de resistencia y huyeron todos como unos cobardes. Jesús, después de resucitado, les dice: «No os ausentéis de Jerusalén. Esperad aquí la promesa del Padre. Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que vendrá sobre vosotros y seréis mis testigos hasta los confines de la tierra» (Hch 1,4-8). A pesar, pues, de estar con Jesús y haber vivido tres años juntos, los discípulos necesitaron un pentecostés que los hizo nuevos.

Asi surge la Renovación, recoge estos datos y los hace actuales. También en el mundo de hoy hay multitud de personas que siguen a Cristo, que han sido bautizadas y confirmadas, que se glorían incluso de esa fe, pero que no se manifiestan en ellas los frutos de ningún pentecostés. Su vida cristiana es cansaa, sin signos, guiada por la razón, incapaz de testimoniar, sin auténticos dones del Espíritu. Sin darse cuenta caen en la práctica de una religiosidad natural que aquieta sus conciencias hasta donde puede, pero no les produce una relación personal con Cristo ni les da la «parresía» para confesarle en todo momento y dejar que Él guíe sus vidas.

La Renovación, por tanto, es un precioso lugar donde Jesús vuelve a insinuar actualmente a todos los que le quieran escuchar: descubrid ahí la Promesa del Padre. Dejad que os inunde el don de Dios. Recibid mi Espíritu que les iluminará. 


Por eso, el Señor realiza en ella esa efusión poderosa, tan sorprendente para todos los que la han experimentado y que constituye el punto de partida de toda la espiritualidad de la Renovación.

Es importante estar dentro de la Palabra de Dios y de la tradición de la Iglesia, pero fuera de esto no hay que caer en la tentación moderna de teorizar siempre esta experiencia y/o juzgarla antes de haberla experimentado, ya sea por lo que me hayan dicho o por algo que haya visto sin aun conocerlo a profundidad. 
Al contrario, hay que tomarla, vivirla y experimentarla completamente y dejar que estas  nuevas vivencias nos inunden. De esta forma se darán auténticas conversiones, cambios de vida, florecimiento de carismas. Hoy día se necesita renovar más la experiencia el amor salvifico de Dios y la acción del Espíritu Santo, que el conocimiento. 

En realidad son las experiencias nuevas, especialmente la que surgen de la docilidad a la acción amorosa Dios, las que conmueven, nos mueven y pueden arrastrar al mundo a una conversión plena en el Poder del Espíritu Santo.  (Continuara...)

ESCUCHEN lo que el Espíritu esta diciendo a la Renovación Carismática.



Michelle Moran, presidente del Consejo Internacional de la Renovación Carismática Católica por sus siglas en ingles ICCRS.

Nos llama a reflexionar sobre la visión en desarrollo de la Renovación Carismática Católica. 

En el libro del Apocalipsis, leemos en las cartas a siente iglesias en Asia, la exhortación a “Escuchar lo que el Espíritu Santo está diciendo a la iglesia”. Frecuentemente tengo que hacer un alto en los proyectos y actividades en las que me encuentro para descubrir, como el Espíritu Santo esta hablando y llevándonos así mismo descubrir un verdadero sentido de cómo responder. Creo que en esta etapa en desarrollo, de crecimiento de la Renovación Carismática que  estamos viviendo es un tiempo nuevo  y este tiempo nos exige  una respuesta particular.

En mi papel internacional, frecuentemente estoy viajando y he tenido oportunidades de estar en cada continente. Algunas veces la gente me pregunta: ¿Dónde está creciendo la Renovación Carismática Católica? Para mi, la respuesta es clara, La Renovación esta creciendo donde la iglesia está creciendo, debido a que en cierto sentido  los “movimientos” son el reflejo de la iglesia. Entonces ¿Qué puedes ver en tu espíritu cuando miras a la iglesia y a la Renovación en tu ciudad o en tu país?

Cuando los miembros del consejo internacional del ICCRS, nos reunimos el año pasado nos sentimos profundamente llamados como dirigentes a orar acerca del camino que nos espera hacia el 50 º aniversario de la Renovación Carismática Católica en el año 2017
El papel del ICCRS es servir a la renovación. No es nuestra voluntad imponer estructuras o dictar políticas etc. Sin embargo, nos dimos cuenta que estábamos siendo llamados e impulsados por el Señor a sugerir algunas ideas generales en lo que concierne a toda la visión y prioridades actuales de la Renovación Carismática a lo largo de los próximos años. 
Después compartimos estas ideas generales acerca de la visión con  la Renovación Carismática en todo el mundo. Es ahora responsabilidad del Consejo Nacional de Servicio a la Renovación, meditar, reflexionar estas ideas en sus propios contextos, en sus comunidades. En Inglaterra, el consejo de Servicio Nacional NSC, ha estado siguiendo y desarrollando 3 grandes áreas de la visión sugerida por la ICCRS y actualmente esta desarrollando una visión estratégica para poder concentrarnos  en vías de “camino a nuestro jubileo”.
1) ENCENDER LA LLAMA
En el inicio de la Renovación Carismática, el fuego del Espíritu Santo fue expandido de una manera muy natural, por aquellos que habían entrado a una nueva vida en el Espíritu. 
Éramos al parecer embajadores naturales del Espíritu Santo compartiendo de una manera muy espontanea lo que habíamos experimentado. Hoy, esto parece pasar en una manera más moderada y reservada. Tal vez esto es porque para algunos de nosotros  la "nueva vida" ya no es noticia, sino algo que nos hemos acostumbrado ya, y por lo tanto no sentimos la necesidad de hablar de ello con tanto fervor.
Sin embargo no hay nada como un “Pentecostés privado y personal”. Cuando el fuego del Espíritu ha empezado hay vida, calor y dinamismo. Cuando el Espíritu descendió sobre los discípulos en el tabernáculo ellos salieron con poder. Se nos ha investido de poder y se nos ha comisionado a ser como aquellos iniciadores del fuego.
Una de las mejores herramientas para iniciar el fuego, son los seminarios de la vida en el Espíritu. Estos fueron desarrollados en los comienzos de la vida de la Renovación Carismática Católica. Con el paso de los años han sido actualizados, se han analizado y se han renovado de una manera muy interesante, los elementos básicos han continuado siendo los mismos. En esencia contienen la proclamación del mensaje básico del evangelio – El Kerigma -, además del testimonio de cómo ha cambiado la vida de las personas tras responden al mensaje. La  parte central de los seminarios es la invitación a responder a lo que Dios ya ha hecho en nosotros al estar abiertos a recibir la efusión o bautismo en el Espíritu Santo. 
Hoy en día 120 millones de personas testifican un cambio de vida a través de haber tenido una experiencia en el Espíritu Santo por medio de la Renovación Carismática Católica.
Sería un error limitar la experiencia del bautismo en el espíritu santo solo a la vida en los seminarios del Espíritu. Claramente, el espíritu se mueve donde quiere (Jn 3,8). Sin embargo, los seminarios han probado ser una manera muy efectiva de encender el fuego del Espíritu Santo. Es interesante ver como en países donde la renovación carismática ha existido desde sus primeros años ahí ahora parece ser que los seminarios tienen una nueva unción. Hay un resurgimiento en el número de los seminarios que se realizan y el número de personas que asisten. Este es un buen signo porque no podemos mantener privatizado el fuego del espíritu para nosotros mismos.
Sin embargo en algunos lugares he notado que cuando se realizan los seminarios, en lugar de que los participantes sean personas nuevas, seguido hay un grupo de personas quienes están tomando o participando del seminario por segunda, tercera o incluso cuarta vez. Claramente esto no tiene ningún sentido. Necesitamos iniciadores del fuego, no reciclarlos.
El seguimiento original era que después de los seminarios la gente comenzara a crecer en el espíritu en sus grupos locales de oración y después cuando los seminarios se llevaran de nuevo a cabo esas personas fueran dirigentes grupales. Tal vez será porque hoy la gente no siempre tiene la oportunidad de crecer en el Espíritu a traves de un grupo local de oración, por eso se siente la necesidad de retomar el semanario.  No obstante, esto es también una indicación de que necesitamos pensar más creativamente y de muchas diversas maneras de cómo podemos darle seguimiento a los seminarios y ayudar a las personas a crecer en el Espíritu. En algunas situaciones es más fácil iniciar el fuego que mantenerlo. He visto ciertamente esto en África donde el fuego del espíritu puede inicialmente crecer fuertemente pero a menudo en un punto hay una carencia de preparación en los líderes para hacer que la gente crezca y madure en el Espíritu. El oeste europeo, las condiciones de la cultura secular para iniciar el fuego en el espíritu son más que un reto. La madera ha sido humedecida por un clima de secularismo, relativismo y una moral generalizada. Así que tal vez puede ser de ayuda tener algunas maneras suaves para atraer a la gente y les ayudará a sentirse cómodos antes de sumergirlos en la intensidad de los seminarios.
2)  REAVIVAR LA LLAMA
San Pablo le recordó a su joven discípulo Timoteo “Por eso te recomiendo que avives el fuego del don que Dios te dio cuando te impuse las manos” (2Tim 1,6). 
Obviamente empezar el fuego es solo el primer paso. La gente necesita ser alimentada y animada para que puedan ellos crecer en la madurez espiritual. Hoy en nuestro contexto esto tiende a pasar más en conferencias regionales, diocesanas y nacionales que a través de grupos locales de oración. A menudo los grupos locales fueron un lugar seguro donde la gente podía crecer y tomar mayor confianza en el ejercicio de los regalos carismáticos.
Hoy en día toma más tiempo formar  a las personas y permitir que los dones “reaviven en ellos la llama”. Por eso somos vistos como una Renovación Carismática débil en el uso de los carismas. Tal vez hemos carecido de oportunidades de formar, guiar, a las personas como discípulos, enseñarles el uso de los carismas, así como capacitarlos y formarlos en liderazgo. Pablo hizo una inversión en Timoteo. Todos nosotros quienes hemos caminado en el espíritu por un tiempo, debemos preguntarnos a nosotros mismos: ¿Quién es nuestro Timoteo? ¿A quién estamos llamados a conferirle esto? ¿Cómo podemos nosotros conferir a otros ese liderazgo?
3) EXTENDER LA LLAMA
En el 2002 el entonces Cardenal Ratzinger dijo: “El desafío de hoy es no permitir que la fe se desvanezca o  se englobe solo a grupos cerrados, sino para que se ilumine a todo el mundo y hable a cada uno. Si regresáramos a las primeros siglos de la iglesia de la iglesia, los cristianos eran pocos pero ellos llamaron la atención de la gente porque no eran un grupo cerrado”.

Tenemos una obligación, un deber como Renovación Carismática Católica de “Difundir la Cultura de pentecostés”. Debemos resistir la tentación de huir del mundo o de permanecer en la seguridad de un grupo de oración o congreso. Tenemos trabajo que hacer, ser las personas quienes  extiendan el fuego.

En respuesta a una palabra profética en 1998,  la Renovación Carismática Católica en Inglaterra tomo una decisión deliberada de ponernos a nosotros mismos al servicio de la iglesia. A través de varios programas producidos por la CES/caFE hemos tenido la oportunidad de proveer de recursos a dos terceras partes de las parroquias en Inglaterra. Sin embargo necesitamos seguir alentando a las personas a usar estos recursos. ¿Tal vez el Espíritu Santo pudiera estar incitándote a ayudar a expandir el fuego a través de los programas CaFE? Las últimas series, “Los Santos” es muy fácil de ejecutar (ver www.faithcafe.org).


El comité de Servicio Nacional NSC en conjunto con la sociedad bíblica también ha producido un nuevo recurso “50 días de libertad” (ver página 27) donde se anima a las personas a orar en una preparación para Pentecostés. Por favor hagan todo lo que puedan para promover este recurso y animar a las personas a rezar la novena de pentecostés. Esto es solo el fuego del Espíritu Santo que puede verdaderamente cambiar la faz de la tierra.

Asi que, manos a la obra...

Rosario del Espíritu Santo

ROSARIO DEL ESPIRITU SANTO

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo…Amén

Para comenzar, se recita el Credo, el Padre Nuestro y el Gloria.

Jaculatoria: Padre, envíanos al Paráclito, prometido por Nuestro Señor.

PRIMER MISTERIO: Honremos al Espíritu Santo y adoremos al amor sustancial que procede del Padre y del Hijo y los une en una caridad infinita y eterna.

Se repite 10 veces:
Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles.
Y enciende en ellos el fuego de Tu amor.

Jaculatoria: Padre, envíanos al Paráclito, prometido por Nuestro Señor.

SEGUNDO MISTERIO: Honremos la operación del Espíritu Santo y adorémosle, porque hizo inmaculada a María en su concepción y la santificó con la plenitud de su gracia.

Se repite 10 veces:
Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles.
Y enciende en ellos el fuego de Tu amor.

Jaculatoria: Padre, envíanos al Paráclito, prometido por Nuestro Señor.

TERCER MISTERIO: Honremos la operación del Espíritu Santo y adorémosle, porque hizo a la Santísima Virgen, madre del Verbo divino en el misterio de la Encarnación.

Se repite 10 veces:
Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles.
Y enciende en ellos el fuego de Tu amor.

Jaculatoria: Padre, envíanos al Paráclito, prometido por Nuestro Señor.

CUARTO MISTERIO: Honremos la operación del Espíritu Santo y adorémosle, porque dio la vida a la Iglesia en el día glorioso de Pentecostés.

Se repite 10 veces:
Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles.
Y enciende en ellos el fuego de Tu amor.

Jaculatoria: Padre, envíanos al Paráclito, prometido por Nuestro Señor.

QUINTO MISTERIO:  Honremos la operación del Espíritu Santo y adorémosle, porque reside de una manera permanente en la Iglesia, y la asiste según la promesa divina, hasta la consumación de los siglos.

Se repite 10 veces:
Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles.
Y enciende en ellos el fuego de Tu amor.

Jaculatoria: Padre, envíanos al Paráclito, prometido por Nuestro Señor.

SEXTO MISTERIO: Honremos la operación del Espíritu Santo y adorémosle, porque creó en la Iglesia el nuevo Cristo que es el sacerdote, y confió la plenitud del sacerdocio a los Obispos.

Se repite 10 veces:
Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles.
Y enciende en ellos el fuego de Tu amor.

Jaculatoria: Padre, envíanos al Paráclito, prometido por Nuestro Señor.

SEPTIMO MISTERIO: Honremos la operación del Espíritu Santo y adorémosle, en la virtud heroica de los santos en la Iglesia, obra secreta y maravillosa del “Santificador Omnipotente”.

Se repite 10 veces:
Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles.
Y enciende en ellos el fuego de Tu amor.



Jaculatoria: Padre, envíanos al Paráclito, prometido por Nuestro Señor.

Para terminar :
-        Envía tu Espíritu y todo será creado.
-        Y renovarás la faz de la tierra.


OREMOS: Oh Dios que con la luz del Espíritu Santo enseñaste a los fieles la verdad, concédenos conocerla en el mismo Espíritu y gozar siempre de sus consuelos celestiales.
Por nuestro Señor Jesucristo. Así sea.

LETANIAS

Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros
Señor, ten piedad de nosotros.
Padre Omnipotente, ten piedad de nosotros.
Jesús, Hijo eterno del Padre y Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
Espíritu Santo, santifícanos.

A todo lo siguiente repite  VEN A NOSOTROS
Espíritu Santo que procedes del Padre y del Hijo
Promesa del Padre.
Don de Dios altísimo.
Rayo de luz celeste.
Fuente de agua viva.
Autor de todo bien.
Unción espiritual.
Caridad ardiente.
Fuego que consume.
Espíritu de amor y de verdad.
Espíritu de sabiduría y de entendimiento
Espíritu de consejo y de fortaleza.
Espíritu de ciencia y de piedad
Espíritu de temor de Dios.
Espíritu de gracia y de oración.
Espíritu de paz y de dulzura.
Espíritu de modestia y de inocencia.
Espíritu consolador.
Espíritu santificador.
Espíritu que gobiernas la Iglesia.
Espíritu que llenas el universo.
Espíritu de adopción de los hijos de Dios.
Unción espiritual.
Caridad ardiente.

A todo lo siguiente se repite   TE ROGAMOS, OYENOS
Espíritu Santo, ven a renovar la tierra.
Espíritu Santo, inflámanos con el fuego de tu amor.
Espíritu Santo, danos el tesoro de tus gracias.
Espíritu Santo, enséñanos a orar.
Espíritu Santo, iluminanos con tus inspiraciones.
Espíritu Santo, imprime tu ley en nuestros corazones.
Espíritu Santo, condúcenos por la vía de la salvación.
Espíritu Santo, inspíranos la práctica del bien.
Espíritu Santo, concédenos la única ciencia necesaria.
Espíritu Santo, haz que perseveremos en tu justicia.
Espíritu Santo, imprime en nosotros el horror al pecado.
Espíritu Santo, concédenos el mérito de todas las virtudes.
Espíritu santo, se Tu nuestra eterna recompensa.

Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo,
Envía a nosotros Tu espíritu.

Cordero de Dios que quitas el pecado del  mundo,  
Llena nuestras almas con el don del Espíritu Santo.


Cordero de Dios que quitas el pecado del  mundo,  
Haz que el espíritu Santo, produzca en nosotros sus frutos.

Ven Espíritu Santo, llena con Tus dones los corazones de tus fieles,
Y enciende en ellos el fuego de tu amor.

OREMOS:
Señor, que la fortaleza de Espíritu Santo, venga en nuestra ayuda para que se digne lavar las manchas de nuestros corazones y protegernos de nuestros enemigos.
Por Cristo Nuestro Señor.    Amén.

CONSAGRACION AL ESPIRITU SANTO

Recibe oh espíritu Santo de amor, la consagración perfecta y absoluta de todo mi ser.
Dígnate ser en adelante, en cada uno de los instantes de mi vida y en cada una de mis acciones: Mi director, mi luz, mi guía, mi fuerza y todo el amor de mi corazón.

Yo me abandono sin reservas a tus operaciones divinas y quiero ser siempre dócil a tus inspiraciones. Transformarme Oh santo espíritu, dígnate formarme con María y en María, según el modelo de nuestro divino Jesús.

Gloria al Padre Creador.
Gloria al Hijo Redentor.
Gloria al Espíritu santificador.

En el Nombre de Padre, del Hijo y del Espiritu Santo... Amen...

miércoles, 21 de octubre de 2015

TEXTO COMPLETO Catequesis del Papa Francisco sobre la promesa conyugal 21/10/2015

El Papa Francisco dedicó la Audiencia General de este miércoles, 21 de octubre de 2015, a la promesa conyugal, es decir, “la promesa de amor y de fidelidad que el hombre y la mujer se hacen el uno al otro”. En su catequesis destacó que “la fidelidad a las promesas es una verdadera obra maestra de humanidad".
Foto: Bohumil Petrik / ACI PrensaA continuación el texto completo de la catequesis gracias a Radio Vaticano:
Queridos hermanos y hermanas ¡buenos días!
En la meditación pasada hemos reflexionado sobre las importantes promesas que los padres hacen a los niños, desde que ellos son pensados en el amor y concebidos en el vientre. 
Podemos agregar que, mirando bien, la entera realidad familiar está fundada sobre la promesa - pensar bien esto, la identidad familiar está fundada sobre la promesa-: se puede decir que la familia vive de la promesa de amor y de fidelidad que el hombre y la mujer hacen el uno a la otra. Esta implica el compromiso de acoger y educar a los hijos; pero actúa también en el cuidado de los padres ancianos, en el proteger y cuidar los miembros más débiles de la familia, en el ayudarse el uno al otro para realizar las propias cualidades y aceptar los propios límites. Y la promesa conyugal se amplía al compartir las alegrías y los sufrimientos de todos los padres, las madres, los niños, con generosa apertura en la humana convivencia y el bien común. Una familia que se encierra en sí misma es como una contradicción, una mortificación de la promesa que la ha hecho nacer y la hace vivir. No olviden nunca: la identidad de la familia siempre es una promesa que se alarga y se alarga a toda la familia y a toda la humanidad.
En nuestros días, el honor de la fidelidad a la promesa de la vida familiar aparece muy debilitada. Por una parte, por un derecho mal entendido de buscar la propia satisfacción, a toda costa y en cualquiera relación, es exaltado como un principio no negociable de libertad. Por otra parte, porque se confían exclusivamente a la obligación de la ley los vínculos de la vida de relación y del compromiso por el bien común. Pero, en realidad, ninguno quiere ser amado solo por sus propios bienes o por obligación. El amor, como también la amistad, deben su fuerza y su belleza a este hecho: que generan un vínculo sin quitar la libertad. El amor es libre, la promesa de la familia es libre, y esta es la belleza. Sin libertad no puede haber amistad, sin libertad no hay amor, sin libertad no hay matrimonio.
Por lo tanto, libertad y fidelidad no se oponen la una a la otra, más bien se sostienen mutuamente, sea en las relaciones interpersonales, sea en las sociales. De hecho, pensamos a los daños que producen, en la civilización de la comunicación global, la inflación de promesas incumplidas, en varios campos, ¡y la indulgencia por la infidelidad a la palabra dada y a los compromisos adquiridos!
Si, queridos hermanos y hermanas, la fidelidad es una promesa de compromiso autocumplida, creciendo en la libre obediencia a la palabra dada. La fidelidad es una confianza que “quiere” ser realmente compartida, y una esperanza que “quiere” ser cultivada juntos. Y hablando de fidelidad me viene a la mente aquello que nuestros ancianos, nuestros abuelos cuentan: “ay aquellos tiempos” cuando se hacía un acuerdo, un apretón de mano, era suficiente, porque había la fidelidad a las promesas y esto que es un hecho social también tiene el origen en la familia, en el apretón de manos del hombre y de la mujer para ir hacia adelante juntos, toda la vida.
La fidelidad a las promesas son ¡una verdadera obra de arte de humanidad! Si miramos a su audaz belleza, estamos asustados, pero si despreciamos su valiente tenacidad, estamos perdidos. Ninguna relación de amor –ninguna amistad, ninguna forma de querer bien, ninguna felicidad del bien común- alcanza la altura de nuestro deseo y de nuestra esperanza, si no llega a habitar este milagro del alma. Y digo “milagro”, porque la fuerza y la persuasión de la fidelidad, a pesar de todo, no terminan de encantar y de sorprendernos. El honor a la palabra dada, la fidelidad a la promesa, no se pueden comprar ni vender. No se pueden obligar con la fuerza, y ni siquiera, y ni si quiera, cuidar sin sacrificio.
Ninguna otra escuela puede enseñar la verdad del amor, si la familia no lo hace. Ninguna ley puede imponer la belleza y la herencia de este tesoro de la dignidad humana, si el vínculo personal entre amor y generación no la escribe en nuestra carne.
Hermanos y hermanas, es necesario restituir honor social a la fidelidad del amor: restituir honor social a la fidelidad del amor. Es necesario sustraer a la clandestinidad el milagro cotidiano de millones de hombres y mujeres que regeneran su fundamento familiar, del cual cada sociedad vive, sin estar en grado de garantizarlo en ningún otro modo. No por casualidad, este principio de la fidelidad a la promesa del amor y de la generación está escrito en la creación de Dios como una bendición perene, a la cual está confiado el mundo.
Si san Pablo puede afirmar que en el vínculo familiar está misteriosamente revelada una verdad decisiva también para el vínculo del Señor y de la Iglesia, quiere decir que la Iglesia misma encuentra aquí una bendición de cuidar y de la cual siempre aprender, antes de enseñarla y disciplinarla. Nuestra fidelidad a la promesa está aún siempre confiada a la gracia y a la misericordia de Dios. El amor por la familia humana, en las buenas y en las malas, ¡es un punto de honor para la Iglesia! Dios nos conceda ser a la altura de esta promesa. Y rezamos también por los padres del Sínodo: el Señor bendiga su trabajo, realizado con fidelidad creativa, en la confianza que Él en primer lugar, el Señor, Él en primer lugar, es fiel a sus promesas. 
Gracias.

lunes, 12 de octubre de 2015

¿Por qué casarse es una vocación?

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Las personas no fuimos hechos para los compromisos a medias, nuestra naturaleza nos lleva a darnos el todo por el todo.  

En los últimos meses antes de casarnos, ésa frase se convirtió en el tema rompehielo con el cual la mayoría de personas se acercaban a mí, seguido de una “conversación seria” aludiendo a mi juventud, y al porque el matrimonio era  un proyecto muy arriesgado. Tengo varios conocidos que conviven con sus parejas, y cuando supieron de nuestro compromiso no se hicieron esperar para tratar de disuadirme.
Antes de tener la cita con el sacerdote, para recibir el aval de la Iglesia que nos permitiría celebrar el sacramento, llego a mí un vídeo de una blogger que hablaba sobre como “el romance había muerto”, los compromisos eran cosa del pasado, y las parejas ya no creían en el matrimonio. Por lo cual aconsejaba simplemente mudarse con la pareja antes de dar el “salto definitivo” y si las cosas marchaban mal “Arrivederci”, cada quién por su lado, fin del tema.

Al reflexionar sobre todo esto, me hice la preguntas:
¿Por qué estoy diciendo  al matrimonio por la Iglesia?
¿Me estoy perdiendo algo al comprometerme para toda la vida?
¿Porqué o para qué casarme?
Y luego de una larga reflexión, llegué a una sencilla verdad:

Si sientes que Dios te llama a formar una familia, el matrimonio es para lo que fuiste creado(a).

Muchos me dirán: “Emma, pero eso no es un argumento válido es tan sólo una frase”, y sí lo sé, es sólo una frase, pero ténganme paciencia y permítanme compartirle mi postura.

Las personas no fuimos hechos para los compromisos a medias, nuestra naturaleza nos lleva a darnos el todo por el todo. Ninguna persona entra en una empresa con la idea de fracasar, y más aún, nadie inicia una relación de pareja vislumbrando el día en que ésta se termine. Trabajo en una oficina parroquial, y me he puesto a pensar: ¿Si la Iglesia pusiese una ventanilla para los que se quieren divorciar, es decir, “Casarse con la posibilidad de divorcio” y otra ventanilla con la consigna de “Matrimonio para toda la vida”, cuantos escogerían la primera? Pues yo creo que nadie iría a la ventanilla del divorcio, creo que cualquier persona en su sano juicio quisiera un “Te amo! Y es para siempre”, además sería muy extraño que tu enamorado de una forma indirecta te diga: “Me caso contigo, pero si las cosas no me gustan conmigo no cuentes”. Sería empezar con bases muy débiles la relación e iniciar con una gran sombra de desconfianza y temor algo tan grande como lo es el matrimonio.

No existe un matrimonio a plazo, con fecha de caducidad, o con posibilidad de renovación de contrato. Cuando decides casarte es una decisión, y es una decisión tuya, no de la Iglesia, ya que ella no te obliga, ella simplemente es Testigo. Cuando dices:
Yo,_____ te recibo a ti________, como mi esposo(a)
y me entrego a ti
y prometo serte fiel
en la prosperidad y en la adversidad,
en la salud y en la enfermedad,
y así amarte y respetarte
todos los días de mi vida.

Eres tú quien lo dice, no la Iglesia, ni tampoco le dices a tu cónyugue “Te recibo en nombre de la Santa Sede” o “Te seré fiel por voluntad del Papa”. Porque no es la Iglesia quién tomó la decisión, por lo tanto tampoco ella puede cambiar después las reglas del juego, porque has sido tú quien ha prometido amar para toda la vida, la Iglesia simplemente te recuerda tu disposición primera de amar, porque fue lo que prometiste, entregarte por completo, amar por la simple decisión de amar. (Disculpen si uso muchas veces la palabra “decisión” pero quiero remarcar muy bien el peso de ésta y su papel fundamental en la vocación del matrimonio).

Sin embargo, muchos de nosotros pareciera que nos entrenamos para los divorcios exprés, es decir,  estar con alguien hasta que ése alguien ya no me haga feliz, y se nos olvida que el matrimonio no se trata de nosotros mismos, al entrar con ésa mentalidad, comenzamos con una actitud completamente egoísta, por una simple razón: no te casas para que te hagan feliz, te casas para propiciar que él otro sea feliz y día a día se encuentre con la fuente de ésa felicidad: Cristo (aclaro que nadie puede dar lo que no tiene, y por lo tanto, si tú mismo no has descubierto esa fuente de la felicidad, será muy difícil que puedas compartirla con la persona que amas). Por lo tanto, el matrimonio no se trata de dar sólo el 5%, 10%, 15%, o decirle al otro, “te doy el 90% de mí corazón, puedes tener mi presencia contigo por un tiempo, pero no puedo entregarte todo mi ser”.
Eso no es amor. Y lo sabemos.
El amor no dice: “Te amaré por dos años“, o “Te amaré hasta que ya no podamos ponernos de acuerdo“. Esto no es amar, porque el amor auténtico demanda un compromiso, requiere un para siempre; cualquier otra cosa fuera de esto simplemente no es amor, es algo falso, o inclusive una comunión de egoísmo. Es cierto que hombres y mujeres luchamos con nuestras propias debilidades, y que la inconstancia es una de ellas, pero el hecho de que no hayamos amado de ésa manera, no quiere decir que dicha clase de amor no exista.

Muchas veces la falta de formación (es decir, nos preparamos para una profesión por años, pero para un matrimonio de toda la vida muchos protestan si se les pide hacer una catequesis de unos cuantos meses, ¿que acaso la relación va a funcionar por arte de magia?), la cultura egoísta, la economía utilitarista, la pérdida del sentido de la virtud y el peligro de los vicios, el pecado humano, la cultura de la muerte en sí, están jugando un papel sumamente dañino en el empobrecimiento de nuestra generación, que erróneamente ve como revolución el alza en las tasas de cohabitación (porque es mejor probar a ver si sirve, como si la otra persona fuera un experimento), el miedo al compromiso (disfrazado de una falsa libertad), y el declive del matrimonio.
“Quien ataca la familia no sabe lo que hace, porque no sabe lo que deshace”

Sí, puede que sea más seguro para un corazón egoísta el nunca comprometerse y mantener siempre las “opciones abiertas”. Pero presentar la cohabitación, como algo atractivo y racional, dónde aprendas a “probar” con una y otra y otra pareja, es una magnífica manera de preparar tu corazón para las separaciones. Por una simple razón: No hay sacrificio. Tienes siempre un pie adentro y un pie fuera de la puerta, listo para salir corriendo a la primera cosa que te incomode. Al estudiar y rezar con los votos matrimoniales (porque me los aprendí, y son parte de mi oración de cada mañana), descubrí que el amor auténtico, involucra todo de nuestro ser: cuerpo, mente, corazón y alma, y que el matrimonio se fundamenta en un amor que es libre, total, fiel y fecundo. La cohabitación, por el contrario, involucra un cuerpo que dice me entrego por completo, mientras que tu corazón y alma dice “sí pero sólo y por mientras las cosas marchen bien“.
Sin embargo, aún hay esperanza, por si no lo han notado las personas estamos fascinadas con las bodas (basta echar un vistazo a cualquier revista), por una razón. Hay una verdad dentro de cada uno de nosotros que anhela el amar y ser amados de ésa manera: completamente, sin reserva alguna y para siempre, ya sea a través de la vocación matrimonial o bien en la vida religiosa u ordenación sacerdotal. Hay una gracia sacramental cuando nuestro amor es libre, total, fiel y fecundo, y nos llena porque precisamente fuimos creados para amar así. Innumerables canciones, películas y artistas musicales cantan éste amor, el amor que da la vida. Y ésa precisamente es la paradoja del amor humano: tenemos que perdernos para encontrarnos.

“Quién pierde su vida por mí, me encontrará, no tengas miedo, yo conozco a quienes elegí”
(Gracias Hermana Glenda!)

Éste el amor que Jesucristo vivió a través de la entrega total de su vida en la cruz, con los brazos de par en par, sin guardarse nada para sí. Su amor es el modelo para que nuestro amor sea libre, total, fiel y fecundo.

“Para que el amor sea verdadero, nos debe costar. nos debe doler. nos debe vaciar de nosotros mismos”

Hoy hace un año exacto, que Didier y yo nos comprometimos. Fue un noche después de Misa, después de haber ofrecido a Dios la decisión y haberle dado no solo el “Sí acepto” al otro, sino también el “Hágase en mí” al Señor. Supe lo que fue mi vida sin mí hoy esposo y descubrí que todo fue preparación. Después de años de discernimiento y purificación en nuestros corazones, fuimos bendecidos con la claridad y la paz sobre esta decisión. De mi parte quiero disfrutar tanto como pueda, y entregar todo lo que me quede de vida a Dios en ésta vocación, a través de mi entrega a Didier. Descubrir que el amor matrimonial es reflejo del amor de Cristo por su Iglesia me ha hecho libre de todo temor innecesario, y me da el coraje para convertirme en la mujer que Dios quiere que sea, una mujer que hará todo lo posible por impulsar a mi esposo en su peregrinar hacia el Cielo.
Quiero darle a Didier todo de mí, no solo el 80%, ni el 90%, o el 99% de mí. Sino el 100% y una milla extra. Porque para esto fuimos creados: Para amar sin medida.
Es por esto, que decidí entregar mi vida.
El matrimonio es mi vocación.
 (EL BLOG DE EMMA Y DIDIER)

viernes, 9 de octubre de 2015

¿Cómo actúa el demonio cuando le abren las puertas? El Papa Francisco responde

Foto: L'Osservatore Romano
VATICANO, 09 Oct. 15 / 05:28 am (ACI).- El Papa Francisco alertó sobre los peligros que corre una persona cuando le abre las puertas al demonio, una oportunidad que aprovecha para “anestesiar” la conciencia e irse apropiando poco a poco de ella.
En la homilía que pronunció en la Misa en la Casa de Santa Marta a primera hora de la mañana y antes de acudir a la Asamblea del Sínodo sobre la Familia, el Pontífice comentó el Evangelio del día en el que Jesús expulsa a un demonio y enumeró algunos peligros que conlleva escucharlo y dejarlo entrar.
El Santo Padre explicó que cuando el demonio ingresa en la consciencia de la persona se hace dueño de ella, “está escondido, viene con sus amigos muy educados, llama a la puerta, pide permiso, entra y convive con ese hombre, su vida cotidiana y, gota a gota, da las instrucciones”.
El demonio, con “esta modalidad educada” convence al hombre para “hacer las cosas con relativismo”. El padre de la mentira “tranquiliza la conciencia, anestesia la conciencia, esto es un gran mal”.
“Cuando el espíritu malvado logra anestesiar la conciencia se puede hablar de una verdadera victoria suya, se convierte en el dueño de esa conciencia”.
“¡Pero esto ocurre en todas partes!”. “Sí, todos, todos tenemos problemas, todos somos pecadores, todos… y en el ‘todos’ existe el ‘ninguno’. ‘Todos, pero yo no’. Y así se vive esta mundanidad que es hija del espíritu malvado”.
Francisco alentó a vivir la “vigilancia” y recordó que “la Iglesia aconseja siempre el ejercicio del examen de conciencia: ‘¿Qué ocurrió hoy en mi corazón, hoy, para esto? ¿Ha venido este demonio educado con sus amigos a mí?’”.
Sobre el Evangelio, explicó que aparte de sus seguidores, “había otro grupo de personas que no le quería y buscaba siempre interpretar las palabras de Jesús y también las actitudes de Jesús, de distintas maneras, contra el mismo Jesús”, dijo Francisco.
“Algunos por envidia, otros por rigidez doctrinal, otros porque tenían miedo de que vinieran los romanos y les masacrasen; por tantos motivos buscaban alejar la autoridad de Jesús del pueblo y también con la calumnia, como en este caso”.
Francisco recordó que quienes acusaban a Jesús decían que estaba endemoniado y “continuamente le probaban, le ponían una trampa para ver si se caía”.
Ante estas trampas, el Pontífice invitó a discernir y estar vigilantes. “Saber discernir las situaciones”, es decir, lo que viene de Dios y lo que viene del demonio, que “siempre busca engañar”, “hacernos elegir un camino equivocado”.
“El cristiano no puede permanecer tranquilo de que todo vaya bien, debe discernir las cosas y mirar bien de dónde vienen, cuál es su raíz”, explicó el Papa a los fieles.
“Las tentaciones –añadió– regresan siempre, el espíritu maligno no se cansa jamás” y si “fue expulsado” tiene “paciencia, espera para regresar”. Entonces, si se le deja entrar ocurrirá como al endemoniado del Evangelio, que le “atormentaba”.
“Discernimiento”, repitió el Papa invitando después a reflexionar. “¿De dónde vienen los comentarios, las palabras, las enseñanzas, quien dice esto? Discernir y vigilar, para no dejar entrar al que engaña, que seduce, que fascina”.